Entre los carnívoros, los félidos son los depredadores más especializados. Los colmillos los tienen sumamente desarrollados, capaces de matar a sus víctimas (un ratón o una rata en el caso del Gato Doméstico, una cebra o un antílope cuando se trata de un león) de una mordida. El Jaguar tiene tanta presión en la boca y sus colmillos son tan fuertes que puede atravesar el carapacho de las tortugas grandes. Aun estos félidos no se pueden comparar con los tigres colmillo de sable que una vez existieron y eran tan félidos como los que aquí mencionados. |
Los felinos y las panteras tienen las uñas retractables. Son capaces de controlar (o sacar) las uñas a su gusto o necesidad, lo cual les permite mantenerlas en perfecto estado hasta que surge la ocasión de emplearlas tanto para trepar (un árbol o la espalda de su propuesta víctima) como para ser usadas como armas casi tan mortíferas como lo son sus colmillos. El Guepardo posee el ligamento que hace posible el retraer las uñas, sin embargo, carece del protector que tienen los otros félidos donde las esconden. |
Muchas de estas especies tienen los ojos adaptados para ver mucho mejor que la mayoría de todos los otros animales, tanto de día como de noche. La sensibilidad del tacto en los bigotes es a tal extremo que pueden caminar con los ojos vendados sin tropezar continuamente con obstáculos puestos a propósito en experimentos. El oído es capaz de oír frecuencias altas, mucho más altas de las que las personas oyen, en las que se comunican los roedores; una especie en particular, el Cerval, caza por oído. El olfato también lo tienen bueno, pero no tan desarrollado como otros carnívoros, y mucho menos que en los cánidos. |
